¿Cuántas veces se ha ido a la cama pensando en cómo le va hacer para proveer la comida del siguiente día para sus hijos y su familia? Pareciera mentira que en un valle tan rico exista la falta de alimentos. Sobre todo cuando hay tantos hogares que tiran comida por que se echa a perder, expira o madura de más. Digo, a todos nos ha pasado que un plátano se nos puede madurar de más pero el hornear un buen pan de plátano puede ser la solución al problema.
Pero la falta de alimentos y sobre todo nutritivos, es otro tema que no cualquier receta para hornear puede solucionar. Es por eso que SANA (Safe and Abundant Nutrition Alliance por sus siglas en inglés) trabaja en la receta secreta que es “eliminar el estigma para pedir ayuda”.
Ya que a muchas personas les pudiera dar pena el ir a un banco de comida.
“Si, me avergüenzo de ir a un centro de distribución, porque posiblemente me conoce alguien allí”, me compartió Gladys, voluntaria de SANA. “Sé que no es fácil para algunas personas, pero le aconsejaría a quienes sienten vergüenza, que tener una necesidad — material o espiritual — es de la condición humana. Por lo tanto, es más importante suplir que detenerse a pensar en lo que pensarán los demás”.
iEl hambre no tiene que ser un secreto! Pareciera el slogan de una protesta o marcha silenciosa. Se me viene a la mente una imagen en blanco y negro, con personas de todas las edades, sentadas al rededor de sus comedores. Probablemente el arte de transmitir en letras está tomando vida en mis dedos mientras en mi mente repaso memorias de las largas filas en los bancos de comida en medio de una pandemia que no tuvo piedad.
Y si, la pandemia sacó a la luz nuestro lado más humano, pero también hizo estragos en nuestras vidas. Eso parece haberse ido, pero la falta de alimentos y el acceso a ellos sigue siendo una realidad. Acceso a los alimentos saludables es el propósito detrás de la meta de la campana “no tiene que ser un secreto”. Ya que no solo es hablar del tema, también es crear soluciones, escuchar a los residentes y compartir información entre entidades que pueden hacer cambios en el sistema.
“Cualquier persona puede ser vulnerable y afortunadamente hay apoyo de organizaciones y voluntarios locales que me brindan la empatía para poder acercarme a los bancos de comida”, mencionó Ingrid.
Algunos comentarios sobre el no pedir ayuda, era que en los bancos de alimentos solo se daban latas de comida, y muchas de las veces no se podía preparar algo para cenar dentro de esas despensas. “Pueden ir directamente a los bancos de comida para ellos escoger su comida y así no llevar alimentos que no consumen”, explicó Soira Ceja, organizadora con SANA. “A muchos residentes se les hace más fácil ir a las reparticiones de comida, porque no se tienen que bajar del carro, las dos opciones son buenos recursos dependiendo de las necesidades de su hogar”.
La belleza de este programa no es solo darle un volante de los horarios de los bancos de comida o centros de repartición, sino también pueden compartir otros recursos, incluyendo clases de cocinas saludables y recetas de cocina de cómo utilizar las latas.
Como cualquier proyecto comunitario, los voluntarios son los que hacen que todo sea posible, si usted tiene tiempo de ayudar, no dude en hacerlo. Pero, sobre todo, si tiene alguna necesidad por la falta de alimentos, ya sea que esté enfermo, falta de transportación o de dinero, igual SANA le puede ayudar a conectar con las personas correctas.
Busque en Facebook la página de SANA y envíales un mensaje.
Dice un dicho muy conocido que arrieros somos y en el camino andamos, alguna vez a todos nos ha tocado pasar hambre, por la razón que sea, pero cuando hay soluciones es mejor aprender a buscar ayuda. Hoy por ti, mañana por mi. ¡Como buenos Latinos, donde come uno comemos todos!
Algo que Ceja compartía conmigo era que las personas no tuvieran miedo de compartir sus historias ya que no saben a cuántas personas más podrían inspirar y ayudar a vencer el miedo y la vergüenza.