Será necesaria una gran conservación del agua para evitar que el nivel del lago Powell descienda por debajo del umbral en el que la presa de Glen Canyon puede producir energía hidroeléctrica. En esta imagen, la famosa "mancha de la bañera" resalta la reducción del lago. Foto de EcoFlight, una organización sin fines de lucro que educa y aboga por una gestión responsable de los recursos.

Traduccion por Dolores Duarte

La corresponsal de Sopris Sun, Olivia Emmer, entrevistó al reportero de agua y medio ambiente de KUNC que cubre la cuenca del río Colorado, Alex Hager, sobre la reciente demanda de la Oficina de Reclamación a los usuarios del agua del río Colorado. La entrevista ha sido editada por razones de espacio y claridad. 

¿Podrías recordarnos lo que ocurrió a principios de este verano?

El gobierno federal se dirigió a los siete estados que utilizan agua en la cuenca del río Colorado y les dijo que tenían 60 días para conservar de 2 a 4 millones de acres-pies (maf) de agua. Tienen dos meses para hacerlo y, si no lo hacen, nosotros lo haremos por ustedes. (youmoms.org) Esto causó una gran conmoción en la cuenca porque se trataba de una cantidad de agua sin precedentes y porque nadie estaba seguro de que el gobierno federal tuviera autoridad legal para intervenir de esta manera.

Durante la fecha límite del 16 de agosto, el Departamento del Interior dio una rueda de prensa. ¿Qué dijeron?

El martes ocurrieron dos cosas diferentes. Los estados no cumplieron la petición de conservar seriamente el agua y el gobierno federal emitió los recortes ya acordados. Los recortes no fueron muy drásticos: se detallaron en un acuerdo de 2019 que firmaron todos los estados y se activan en función a determinados niveles de agua en el lago Mead. Las proyecciones mostraban que los niveles de agua del lago Mead iban en esa dirección, así que no fue una sorpresa. Los recortes sólo van a afectar a Arizona, Nevada y el país de México. Así que la mayor parte de la cuenca sigue sin cambios.

Comentaste que los estados no llegaron a un acuerdo sobre los recortes importantes. ¿Puedes decirnos algo más al respecto?

Hubo mucha discusión a puerta cerrada. Lo más importante que vimos fue que los estados de la cuenca alta, sobre todo Colorado, dijeron rápidamente: “no nos corresponde a nosotros asumir el golpe. Creemos que la cuenca baja debe ser más proactiva”. La cuenca alta incluye Colorado, Utah, Wyoming y Nuevo México. La cuenca baja está formada por Nevada, California y Arizona.

La cuenca alta tiene la obligación legal de enviar cada año una cantidad específica de agua a sus vecinos de la cuenca baja. Sin embargo, la cuenca alta obtiene su agua de la madre naturaleza. Por ello, la cuenca alta sostiene que tiene que asumir la escasez cuando la madre naturaleza les entrega menos agua cada año: están a merced de los caprichos de la nieve. Mientras tanto, dicen, la cuenca baja tiene el lujo de depender de una cantidad constante de agua y poder planificar en torno a ella.

¿Cuál ha sido la reacción a la respuesta relativamente blanda del gobierno federal a la incapacidad de los estados de presentar el plan a tiempo?

Hubo una carta bastante interesante de John Entsminger, director general de la Autoridad del Agua del Sur de Nevada. Entsminger escribió: “a través de la inacción colectiva, todos los usuarios del agua en el río Colorado son cómplices de permitir que la situación llegue a este punto”. Todavía existe la posibilidad de que los estados presenten un plan. O bien, existe la posibilidad de que el gobierno federal intente intervenir y seguir una línea legal arriesgada. No actuar podría significar la pérdida de energía hidroeléctrica para 5 millones de personas y la posibilidad de no poder suministrar suficiente agua del lago Powell a los usuarios de aguas abajo.

Mucha gente en Colorado depende del agua del río Colorado. ¿Podría verse afectado su uso del agua a corto plazo?

En Colorado no es probable que eso ocurra pronto. Tendría que ser bastante drástico antes de llegar a ese punto. Los recortes que se hicieron esta semana fueron principalmente en el Proyecto Central de Arizona, que lleva agua del río Colorado a las granjas y ciudades del centro de Arizona y a las tribus. Los desvíos del Colorado que mantienen el flujo de los grifos de la cordillera frontal no están amenazados en un futuro próximo.

¿Qué es lo siguiente?

Tendremos que seguir pensando en cómo repartir un recurso que disminuye constantemente. No hay cantidad de nieve que podamos conseguir en un año para darle un giro a esto. Necesitaríamos años de nieve épicas, uno tras otro, tras otro, para cambiar realmente el problema de la oferta. Así que se trata de una cuestión de demanda. La agricultura utiliza entre el 70% y el 80% del agua de la cuenca. Si tenemos que encontrar una tonelada de agua, parte de ella provendrá del mayor usuario. 

Siendo realistas, eso significa que el estado y el gobierno federal van a pagar a los agricultores y ganaderos para que utilicen menos agua y cultiven menos. Si se hace a una escala lo suficientemente grande, se podría ver cómo la agricultura abandona algunas zonas donde ha estado durante mucho tiempo y podríamos ver cómo cambia el precio de los alimentos.