Tracy Kallassy, quien asumió el cargo de directora de la sucursal de la biblioteca de Carbondale en julio. Foto de James Steindler.

Traducción por Dolores Duarte

La noticia en el boletín de octubre del Distrito de Bibliotecas Públicas del Condado de Garfield (GCPLD) fue emocionante: la ampliación gradual del horario en las seis sucursales de la biblioteca, a partir de noviembre. Este anuncio se esperaba desde hace casi dos años.

A principios de 2020, las expectativas en el distrito eran altas después de que los votantes del condado aprobaron un aumento del impuesto a la propiedad (medida de votación 6A) en noviembre de 2019. Se esperaba que la medida proporcionaría 4 millones de dólares adicionales al presupuesto anual del GCPLD, que se utilizaría para ampliar el horario de la biblioteca, contratar personal adicional y restaurar los programas educativos que se habían visto gravemente reducidos por los recortes presupuestarios de los últimos años.

Luego, el COVID-19 llegó a principios de año. Como sabemos muy bien, eso lo cambió todo.

El sistema de bibliotecas se vio obligado a cerrar temporalmente. Sin embargo, como señaló el director de comunicaciones y marketing del GCPLD, James Larson, “fuimos una de las pocas bibliotecas del estado que permaneció abierta [tras un cierre de aproximadamente dos meses] durante toda la pandemia”.

Cuando las sucursales volvieron a abrir, al principio los usuarios de las bibliotecas sólo podían solicitar materiales en línea para recogerlos y sacarlos (así mismo, no se permitía la entrada a los edificios). Incluso, después de que se restableciera el acceso limitado a las bibliotecas sucursales a finales de la primavera de 2021, se establecieron estrictos protocolos de COVID para los usuarios, incluyendo, al principio, que sólo se permitiera la entrada de dos usuarios a la vez.

Uno de los servicios esenciales que se perdieron fue el uso de las computadoras, impresoras, fotocopiadoras y el acceso a Internet de las bibliotecas. Esto supuso una gran dificultad para las personas del distrito que dependían de las instalaciones para esos recursos. En el verano de 2021, la sucursal de Carbondale permitía a los usuarios reservar un número limitado de computadoras; esa restricción también se levantó posteriormente.

Sin embargo, no todo era tan grave. El distrito había comenzado a recibir los ingresos del aumento de la recaudación de impuestos de 2019 y los utilizó para comprar más libros o copias adicionales de los más populares. Los usuarios de la biblioteca probablemente hayan visto la calcomanía en el frente de muchos libros nuevos que dice: “Traído a usted por la aprobación de la medida electoral 6A en 2019. ¡Gracias, votantes!”.

Además, a medida que avanzaba el año 2020, los ingresos extra del referéndum de 2019 permitieron al distrito cubrir una serie de puestos de personal de nueva creación, así como ofrecer salarios más competitivos. Las cosas parecían prometedoras, a pesar de la pandemia.

A pesar de estos pasos positivos, no todo era necesariamente bueno en el distrito – como se informó el pasado verano en el Post Independent. La implacabilidad de la pandemia era ciertamente un factor negativo para la moral del personal del GCLPD, pero también parecía haber un creciente descontento con el liderazgo del distrito.

Durante varios meses, a partir de 2020 y hasta 2021, un gran número de miembros del personal renunció, especialmente cuatro de los seis directores de sucursal. También se marcharon varios empleados de tiempo completo del distrito, como el director de recursos humanos, el técnico de instalaciones y el coordinador de voluntarios. A finales de agosto, el propio director ejecutivo, Brett Lear, renunció.

El distrito se ha apresurado a cubrir esos puestos y, a su favor, ha encontrado personas calificadas para la mayoría de ellos. Una de las nuevas contrataciones, Tracy Kallassy, asumió el cargo de directora de la sucursal de la biblioteca de Carbondale a mediados de julio (“¡Justo a tiempo para la Feria de la Montaña!”, señaló), procedente de un puesto similar en Arlington, Virginia. La búsqueda de las tres vacantes restantes en las sucursales (actualmente con directores interinos) continúa.

También se han cubierto otros puestos administrativos. En la reunión de la junta directiva de la biblioteca del 7 de octubre, Kevin Hettler, durante mucho tiempo gerente de finanzas del distrito, fue nombrado director ejecutivo interino. Muchos de los puestos vacantes restantes eran para trabajos por hora a tiempo parcial en las sucursales.

“Estamos [ahora] en mucha mejor forma”, observó Larson. Todas las sucursales están casi llenas de personal. La moral es muy buena, estamos emocionados”.

Sin embargo, la noticia más importante fue el anuncio de la ampliación del horario de la biblioteca. A partir del 1 de noviembre, todas las sucursales abrirán a las 10 de la mañana. A partir del 3 de enero, las bibliotecas abrirán dos noches a la semana hasta las 8 de la noche. Kallassy está satisfecha con la ampliación del horario. “Nuestros usuarios desean poder llegar más fácilmente”, dijo, poniendo como ejemplo a los padres con niños pequeños que quieren venir por las mañanas.

Además, las bibliotecas han estado ofreciendo más eventos y actividades en persona, incluyendo horas de historietas en inglés y español. Muchos de ellos han sido al aire libre hasta ahora, como la actuación del Ballet Folklórico de Aspen Santa Fe frente a la sucursal de Glenwood Springs el 2 de octubre.

Las seis sucursales organizarán celebraciones de tallado de calabazas durante todo el mes de octubre. Para conocer las fechas y horarios, visita https://gcpld.org/.

Kallassy sonrió mientras comentaba: “Es genial tener a los niños de vuelta en la biblioteca… [están] tan emocionados de estar aquí”. Y añadió: “¡Es bonito volver a ser una biblioteca!”.