Colorido Colorado es el piropo que cobra más vida durante el otoño para nuestro querido estado. No solo la paleta de colores dorados y secos hacen que nuestro estado de ánimo cambie, si no también las hojas que ya hacen en el suelo. Es inevitable no detenerse a reflexionar sobre el año que está por terminar.
Hoy, querido lector, deseo abrir mi corazón y compartir lo que el otoño significa para mi y todos los cambios emocionales a los que me estoy preparando a la llegada de esta época del año.
El otoño significa época de mudar de ideas, renacimiento. Al menos eso fue lo que una mamá me compartió en una charla. Otra me dijo que el otoño era el camino a desprenderse de lo que no había servido este año. Me identifique con las dos, y seguí preguntando a otras mujeres, todas comentaban lo mismo, que el otoño era una época para soltar y seguir la vida más ligera en cargas.
Todo eso me llevó a cuestionar mi salud mental, ¿Que tan enganchada estoy con cosas que al igual que las hojas de los árboles caerán? ¿Que quiero dejar este 2021 que ya no me sirve para el 2022? ¿Qué es lo que sí puedo guardar conmigo como herramientas de supervivencia? ¿Qué le puedo aprender de la bella maestra naturaleza?
¿Por qué siempre espero a diciembre para hacer esta desintoxicación mental? Por lo regular, Diciembre y sus fiestas me agarran tan mal preparada que termino siendo el Grinch de cada fiesta. Suficiente es con el cambio año tras año en la mesa, al no tener a todos reunidos por muchas razones, como para de paso agregarle el estar preparando mis resoluciones, regalos navideños y hasta en donde vamos a pasar la Noche Buena.
No es un mito que este bello valle nos cobra la factura de una manera muy por debajo del agua. Y es que la depresión pareciera estar en cualquier esquina disfrazada de carnaval de Halloween, pero en vez de máscaras de miedo con sonrisas fingidas.
Si nos preparamos con tiempo, evitariamos un par de sinsabores. Octubre sería el mes de revaluar, desprender, dejar ir y de reconciliación. A noviembre lo pondremos como el mes de recordar lo bueno, guardar lo que sirve y sobre todo de agradecer. ¡Agradecer con ganas! Desde los zapatos que traes puestos hasta la comida diaria. Así llegaríamos a diciembre con otros ánimos. Diciembre sería solo para pensar en el próximo año y las cosas que sí están a nuestro alcance cambiar, lograr o hacer.
Decía mi abuelita: al que madruga Dios le ayuda. ¡Vamos a madrugarle a la melancolía de las fiestas decembrinas!
En mi casa este Día de Acción de Gracias, una silla ya no estará ocupada de la misma manera. Mi hija mayor está persiguiendo su llamado. Por eso, al igual que el otoño junto con ustedes, pienso mudar de hojas y llenarme de esperanza.
Soy consciente de lo que me duele.
Y tú ¿eres consciente de lo que te duele? ¿Qué vas a dejar en este 2021? ¿Qué te llevas del 2021? ¿Cuáles son las cosas que ya no serán parte de tu nuevo tú en este 2022?
¿Qué te molesta del cambio? ¿Tienes un grupo de personas que te puedan ayudar en caso de necesitarlo? ¿Necesitas ayuda? ¿Cómo estás? Esta última pregunta no la hacemos muy a menudo. Pero toma un tiempo para apartarte del resto del mundo, caminar, tomar un café o escuchar los sonidos de la noche y reflexiona. Cargamos tanto en nuestra mente, y no todo nos servirá en el año que se está asomando.
Después de dejar que tus memorias y dolores se desprendan de ti como hojas, no olvides de agradecer que en su momento te ayudaron a ser la persona que ahora eres.
Discúlpate con quien haya con quien disculparse, perdona incluso a quienes no supieron qué te dañaron y, por último, junta todas esas hojas (recuerdos) y amontona los en medio del corazón, brinca sobre esa pila de hojas… No te guardes nada. Mira a los árboles, el cruel invierno los tomara desnudos y no le temen al aprendizaje.
Claro, hablo desde un punto de vista común y corriente. Si estás pasando por algo donde necesitas ayuda de un profesional, ¡busca ayuda! No esperes a diciembre a que las cosas sean más profundas. Si conoces a alguien que está pasando por una situación difícil, se el amigo que ayuda y no el que juzga.
¡Otoño! Como me pones melancólica y sentimental. La diferencia es distinguir entre depresión y melancolía.