Muchos años atrás, una estadística descubrió que una cajita feliz de McDonald’s genera en los niños los mismos efectos adversos en la salud que fumar dos cigarrillos. Ningún padre le ofrecería cigarrillos a su hijo, pero muchos permiten que sus hijos consuman comida no saludable.
La mayoría de los adultos mueren de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, dejando al cáncer como factor número dos. A medida que la obesidad aumenta en EE.UU, la diabetes tipo dos se vuelve más frecuente, lo que deriva en complicaciones como pérdida de la visión, enfermedades cardiovasculares, falla renal y problemas nerviosos.
Los primero signos de enfermedad cardiaca son líneas de grasa en el endotelio (el delicado órgano que cubre el interior de las arterias), Estas mismas líneas se observan en los recién nacidos de madres con colesterol muy alto, y en infantes y niños pequeños bajo una dieta rica en productos de origen animal.
En las guerras de Corea y Vietnam, se realizaron autopsias en soldados jóvenes que murieron en batalla. Los soldados estadounidenses presentaron endurecimiento de las arterias, mientras que los soldados asiáticos no. Esto se debe a una diferencia en la dieta y no en la genética, ya que cuando personas de Corea y Vietnam vienen a los EE. UU. y consumen la SAD por sus siglas en inglés (Standard American Diet) desarrollan enfermedad cardiaca como el resto. Entonces como dice el Dr. Esselstyn (del documental Forks Over Knives y autor del libro Prevent and Reverse Heart Disease) la enfermedad cardiacas es transmitida por los alimentos, y esta no se desarrolla en personas bajo una dieta basada en plantas durante toda su vida.
Cáncer es la segunda causa más común de muerte en los adultos que siguen una dieta occidental, y generalmente comienza años antes de que las personas la tengan diagnosticada. Tenemos miles de millones de células en nuestro cuerpo, algunas de ellas se encuentran en mutación constante.
Las frutas y vegetales tienen micronutrientes que mejoran nuestra inmunidad y eliminan estas células anormales, previniendo el cáncer en el futuro. Según el Dr. Joel Fuhrman en su libro “Disease-Proof Your Child”, hay una fuerte conexión entre la falta de frutas y vegetales (más el consumir productos animales como carne y lácteos, alimentos refinados y azúcar) y un riesgo de desarrollar cáncer en el futuro. Es importante destacar que el número de toxinas en relación con las plantas se multiplica por 14 veces en la carne y 5.5 veces en los lácteos, al final de la cadena alimenticia.
La diabetes tipo uno, que suele comenzar en la niñez como una enfermedad autoinmune, es menos común en personas que siguen una dieta basada en vegetales y frutas. La diabetes tipo dos, el tipo más común, se vincula con la obesidad y se observa actualmente en niños con sobrepeso (solía llamarse “diabetes que comienza cuando eres adulto”). Los niños que consumen frutas y verduras son menos propensos a desarrollar sobrepeso y contraer diabetes tipo dos.
Según el Dr. Fuhrman, “los niños consumen menos del 2% de alimentos como frutas y vegetales en su dieta”. Esto no es un buen presagio para su salud futura.
En general, nuestra población está en la peor condición física jamás vista, incluyendo a nuestros niños. Uno de cada tres tiene obesidad y sobrepeso.