Si te preguntaran, qué necesitas o que te gustaría tener para ser feliz ¿Qué responderías? Un estudio realizado por la Universidad de Harvard llegó a una simple pero profunda conclusión; Buenas relaciones interpersonales resultan en salud y felicidad. ¡Está comprobado! Hay una conexión determinante entre tener relaciones significativas y el bienestar general de una persona.
En 1938 la Universidad de Harvard inició lo que hoy se conoce como el estudio más grande de la historia. Este fue conducido por el Psiquiatra Robert Waldinger. Inició con 724 participantes, hoy en día se sigue estudiando a más de 2.000 individuos que van desde la adolescencia hasta la vejez.
El enfoque del estudio es, la importancia que las relaciones interpersonales tienen en la vida, y cómo estas contribuyen al bienestar de un individuo. Se pretendía también encontrar que clase de relaciones benefician la salud y la felicidad de una persona y cómo poder identificar y fortalecer las relaciones de manera que contribuyan a nuestro bienestar en general.
Los investigadores entrevistaron periódicamente a los participantes del estudio, recolectando de ellos información respecto a su salud física y sus relaciones sociales. Esto con la esperanza de encontrar la clave de la felicidad y descubrieron que las relaciones sólidas predijeron con mayor precisión la felicidad de las personas a lo largo de sus vidas.
Los resultados probaron que las personas que tienen relaciones sociales significativas se mantienen más saludables que aquellos que no las tienen, aún sus cerebros son más sanos, no solo eso, probaron también que una persona se puede recuperar más rápido de una enfermedad cuando está correctamente relacionada con otras personas.
El estudio probó que toda interacción social por pequeña que sea contribuye a nuestro bienestar. Todos las relaciones contribuyen a nuestro bienestar, no solo la pareja sentimental o familiares cercanos, en realidad todos aportan y nosotros a su vez contribuimos al bienestar de nuestro prójimo. Familiares, amistades, compañeros de clase, de trabajo, vecinos, la persona que nos atiende en el supermercado, en fin, cada persona con la que interactuamos.
Dicho sea de paso, somos muy afortunados de vivir en esta comunidad tan amigable, probablemente el idioma sea una barrera para algunos, pero no dudemos en dar una sonrisa, un saludo, un cumplido a las personas que están alrededor nuestro siempre que tengamos la oportunidad.
La pregunta es ¿Cómo retroalimentar nuestras relaciones? Aquí algunos consejos prácticos:
En lugar de estar a solas en un aparato dispositivo, sal a caminar, busca a una persona con quien necesites reconectar e invítale a dar una caminata juntos. Haz una visita a ese familiar con el que tan poco tienes contacto.
Puede también ser una llamada si la persona con quien deseas conectarte está lejos. Puedes ir a tomar un café con un viejo amigo a quien no has visto en algún tiempo. Un grupo de amigas en una clase en el gimnasio es otra excelente manera de fortalecer relaciones sociales. Salir a comer con un compañero de trabajo.
Haz algo nuevo, escala una nueva montaña. Puedes ofrecerte de voluntario en la comunidad o en tu iglesia. Haz algo productivo que te conecte a personas que posiblemente compartan intereses similares a los tuyos, jardinería, cocina etc. Procura tener conversaciones casuales con las personas mientras estas en una línea de espera, hay un sin fin de cosas que podemos hacer para relacionarte con diversas personas.
Piensa en alguien con quien te has desconectado por un tiempo, envía un mensaje de texto, déjale saber que estás pensando en ella. Toma iniciativa, no esperes a que otros te busquen o te llamen, hazlo tú, te sorprenderá lo que las personas responden.
El estudio probó que las personas que desarrollan relaciones significativas son más felices y cuando llega la vejez o no se enferman o se enferman en menor grado que aquellos que no cuentan con relaciones saludables.
Para una persona que ha sido herida, o ha tenido malas experiencias relacionales, resulta mucho más cómodo aislarse, evita esa tentación. Guarda los audífonos y el teléfono celular, atrévete a iniciar una conversación.
Algunos pueden pensar que el éxito en la vida consiste en acumular riquezas, obtener reconocimiento o ciertos logros. “No es que el logro no sea importante y satisfactorio. Lo es”, dice Waldinger. “Pero cuando sacrificamos nuestras relaciones, es cuando terminamos arrepintiéndose y viviendo una vida que no es tan buena como podríamos tener”.
En realidad, somos seres relacionales y al final de la vida lo que realmente valoramos son las relaciones que hicimos con las personas que nos rodean. Nunca es demasiado tarde para mejorar sus relaciones, podemos hacer nuevas relaciones o fortalecer amistades que hemos descuidado. ¡Esa es la llave para la felicidad!
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