¿Que no es la misma, tradición y costumbre? Para ser más acertada, me di a la tarea de hacer comparaciones entre los significados de dichas palabras.
Las tradiciones revelan una forma de pensar, comportamiento o hacer algo que durante muchos años las personas de una determinada comunidad, sociedad o familia han hecho de manera similar. Esta puede ser una creencia o una idea. Es tan importante para este grupo de personas que se hereda de una generación en generación.
Una tradición puede estar unida a una religión o cultura en particular. Las tradiciones pueden o no ser obligatorias dentro de este grupo de personas, de ello depende que puedan modificar algunos detalles de su celebración.
Por otro lado, la costumbre es una práctica que practica un lugar o varios grupos de personas. Es una forma de comportarse o hacer algo que la sociedad ve como correcto.
Al igual que las tradiciones, las costumbres pueden tener su origen en la familia. A veces algunos actos, palabras o comportamientos pueden llegar a ser costumbres. Cuando ya este tipo de actuar se pasa de generación en generación, se convierte en tradición.
Algo que me llama la atención es que las costumbres representan prácticas comunes para algún lugar, pueblo o país, en tanto que la tradición son patrones de comportamiento o pensamientos que se heredan. Con frecuencia estos últimos son establecidos por la sociedad o religión. Una costumbre puede ser regulada por gobiernos, una tradición puede ser familiar y puede perdurar por siempre.
Cuando entendí que una costumbre puede ser regulada por gobiernos (no solo políticos, pero también religiosos) y que aparte estas costumbres pueden convertirse en una tradición, me alarmé. Ya lo decía “Jose, Jose — no cabe duda que es verdad que la costumbre es mas fuerte que el amor”. Y si, ya se que es una canción, pero al amor que quiero hacer énfasis es al que le tenemos a nuestros hijos, familias, comunidades, valores familiares, tradicionales y por qué no, el amor a nosotros mismos.
¿Lo que les estamos dejando a nuestros hijos y futuras generaciones son tradiciones que valen la pena repetir? Hablo de esas costumbres que nos fueron inculcadas y que nunca preguntamos el porqué de ellas, y así las fuimos haciendo y ahora nuestros hijos las comienzan a repetir. Es verdad que el machismo podría ser una costumbre y tradición de nuestra cultura, pero que poco a poco se ha ido haciendo eco y transformando esa idea. Pero hay otras tantas que también necesitan ser cuestionadas.
En otra perspectiva, cuando toco temas comunitarios, me gusta desafiar y animar a los lectores a cuestionar, analizar y sacar conclusiones propias. Por ningún motivo quiero pretender que mi manera de pensar es la correcta, puesto que a veces al igual que ustedes solo estoy debatiendo mis propias ideas. Le hago una invitación para los próximos días analizar el trasfondo de lo que hace.
Estoy en ese proceso, y me crean conflicto emocional muchas cosas. Una de ellas era que mis hijos tenían que cenar a la hora de la cena, ya que era una tradición cenar cuando todos los miembros de la familia cenaban. Si alguno de mis hijos no cenaba, me irritaba mucho ya que sentía que tenía que interrumpir las labores de la tarde para asegurarme de que él había cenado.
Charlando con otras madres de familia, me di cuenta que ellas sentían como si ellas trajeran la cocina cargando con ellas para cualquier parte que fueran. Así que decidí acabar con esta tradición tan amada por mi, pero que no funciona para mi familia. Ahora, solo cenamos en familia los fines de semana, y cada quien cena cuando tiene hambre durante la semana.
La nueva costumbre es dejar los teléfonos al centro de la mesa y nadie puede tomar su teléfono hasta que todos hayamos terminado de cenar. Eso espero se convierta en una tradición. Puedo ver los ojos asombrados de algunos al leer que durante la semana mi enfoque no es una cena familiar. Pero ¿cuántas tradiciones intentamos mantener sin éxito solo por que son “tradiciones”?
La costumbre de no involucrarnos en la educación de nuestros hijos es algo en lo que definitivamente no quiero continuar. En México, mis padres estaban involucrados en juntas de la escuela y hasta festivales. Este país no me limita de ser menos madre, sino al contrario, son nuevos sistemas y como tales mi deber es saber cómo estar al pendiente de la educación de mis hijos y de lo que ellos aprenden. Estos son solo dos ejemplos fáciles de exponer.
¿Qué tradición recuerda de su niñez y cuales son los orígenes de ella? Quizás hay tradiciones que no le gustan de donde provienen, pero tal vez puede solo enfocarse en lo que si le hace bien. ¿Qué costumbres tienen sus hijos que han aprendido de usted? ¿Qué aprendió usted de sus antepasados que es una mala o buena costumbre? ¿Qué costumbre va a quitar de casa?
Como decía Alberto Llegas Camargo, “Un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenir”. ¿Cuál tradición le gustaría que pasara de generación en generación gracias a que usted la continuó?