Por Omar Sarabia
Como ya sabrán, estamos en pleno Mes Nacional de la Herencia Hispana, el cual se celebra cada año del 15 de septiembre al 15 de octubre. El Mes de la Herencia Hispana se celebra desde 1988 y conmemora, “las historias, culturas y aportaciones de los ciudadanos estadounidenses cuyos antepasados vinieron de España, México, el Caribe y América Central y del Sur”.
En su Proclamación Presidencial en honor a la HHM (por sus siglas en inglés), el presidente Biden dijo, “Demos gracias a las muchas generaciones de líderes hispanos que han ayudado a construir este país y siguen luchando por la igualdad y la justicia”. Una de las muchas formas en que esos líderes han luchado por la igualdad y la justicia, y siguen haciéndolo, es en el movimiento medioambiental. Quería destacar algunas tierras públicas que quizá no sepan que ayudan a contar las historias hispanas y los lugares en los que los activistas están trabajando para salvarlos hoy en día.
El primero está aquí mismo, en Colorado: Sangre de Cristo National Heritage Area. Situada en el valle de San Luis, esta zona ha sido el hogar de las tribus ute, navajo, apache, tiwa, tewa, comanche, kiowa y arapaho. Los exploradores españoles pasaron por aquí en 1776 y las familias mexicanas se asentaron en el siglo XIX, muchos de cuyos descendientes permanecen en el Valle de San Luis, y que siguen cuidando, defendiendo y protegiendo estos paisajes.
Además del Parque Nacional y la Reserva de las Grandes Dunas de Arena, esta zona patrimonial contiene tres refugios nacionales de vida silvestre, dos áreas silvestres y 15 áreas estatales de vida silvestre. En la actualidad, sus múltiples historias de nativos americanos, hispanos y anglosajones se reflejan en la diversidad de personas, arte y tradiciones. Esta zona patrimonial es un maravilloso ejemplo de protección de tierras públicas que honra a las personas, la historia y la ecología.

La Sierra de la Sangre de Cristo asombra con su magnitud impresionante. Foto de Vanessa Porras
Dirigiéndose al oeste de California, encontrará el Monumento Nacional César E. Chávez. Junto a Dolores Huerta, en los años 60 y 70, cofundó la Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas (NFWA por sus siglas en inglés), que acabó convirtiéndose en la United Farm Workers (UFW por sus siglas en inglés).
César atrajo la atención internacional sobre las condiciones de los trabajadores agrícolas de Estados Unidos y uniendo fuerzas con otros movimientos de reforma, trabajó para asegurar salarios altos y condiciones de trabajo más seguras. Este monumento nacional, también conocido como La Paz, fue designado por el presidente Obama en la Ley de Antigüedades en 2012.
Fue una de las primeras veces que se designó un monumento nacional específicamente por su herencia latina e hispana. Como decía la proclamación, “La Paz refleja su convicción (la de César) de que la gente corriente puede hacer cosas extraordinarias”.
Hoy, esa convicción sigue siendo fuerte. Un informe de la Hispanic Access Foundation de 2021, Lugar, historia y cultura: Un enfoque inclusivo para la protección de los sitios del patrimonio latino, destaca dos campañas medioambientales actuales:
Castner Range: “En el corazón de El Paso, Texas, Castner Range ofrece un sólido telón de fondo a la floreciente ciudad, que ha crecido alrededor de la cordillera y la ha acogido como una característica del paisaje. Castner Range ha sido el hogar ancestral de los comanches y los apaches, y varias comunidades indígenas siguen considerando la cordillera como sagrada.”
Río Gila: “El sistema del río Gila es un recurso valioso para todos los habitantes de Nuevo México en que proporciona un hermoso paisaje natural para ser disfrutado y apreciado por personas de todas partes, un entorno necesario para que la vida silvestre prospere, una importante ventana a la historia de Nuevo México, un recurso agrícola significativo, y un importante lugar para el estudio de nuestro entorno natural”.
Estas historias me inspiran. Es alentador ver que se protegen historias y paisajes hispanos importantes para nuestras comunidades. Algunos de los esfuerzos de conservación más exitosos y de mayor colaboración han sido la protección de monumentos nacionales en los que los líderes hispanos han desempeñado un papel fundamental, como el monumento del Río Grande del Norte, en Nuevo México, que protege 240,000 acres de un espectacular paisaje desértico y que honra 400 años de historia hispana, y el monumento a las Montañas de San Gabriel, de 346,000 acres, en las afueras de Los Ángeles.
El monumento no sólo incluye increíbles recursos biológicos y oportunidades recreativas en las proximidades de una gran población latina, sino que también protege jardines naturales donde curanderos tradicionales recogen hierbas, peces y fauna. La herencia hispana representa una parte importante y muy variada de la historia de nuestro país.
Espero que haya aprendido algo, quizás hayas encontrado un nuevo paisaje o sitio para visitar, y espero compartir más sobre la participación hispana en el movimiento ambiental en futuras columnas.