Traducción por Dolores Duarte
No se trata sólo de los niños. También hay una importante lección de lectura para los padres y cuidadores que asistieron a los recientes campamentos de verano de Raising a Reader –Educando a un lector- con sus hijos en edad preescolar: gestos con las manos y elaboración.
“Queremos ayudar a los padres a que continúen leyendo a sus hijos en casa, así que parte de lo que hacemos es proporcionarles herramientas para enseñarles a leer los libros”, explica Liz Russo, coordinadora del programa Raising a Reader y responsable de los campamentos de verano de El Jebel y Parachute en junio.
“Muchos padres se limitan a leer el libro, pero no hacen preguntas ni señalan”, explica. Señalando los dibujos del libro y explicando cómo se relacionan con la historia es tan importante como leer las palabras. Hacer preguntas a los niños lo complementa”.
Ese día en particular, el 21 de junio en el parque Crown Mountain de El Jebel, el tema del libro fue el agradecimiento. Después de leer en voz alta un libro sobre la gratitud, se preguntó a los niños por qué estaban agradecidos: mi cama, mi perro, mi madre y “por estar aquí” fueron algunas de las respuestas.
Los niños y sus padres, o en algunos casos una niñera, recibieron una piedra y pinturas, y se les pidió que hicieran en la piedra un dibujo de aquello por lo que estaban agradecidos.
Arte, danza, una variedad de juegos con movimiento y, por supuesto, bocadillos, fueron parte de las sesiones al aire libre de dos horas, dos días a la semana, que tuvieron lugar durante dos semanas a mediados de junio en lugares de El Jebel, Glenwood Springs, Rifle y Parachute.
Raising a Reader (RAR) Aspen to Parachute inició en 2003 como una organización sin fines de lucro para la alfabetización temprana de niños, la cual centra sus esfuerzos en infantes desde el nacimiento hasta los 5 años, preparándolos para el éxito en los programas preescolares formales, y eventualmente en el jardín de infantes, introduciéndolos a los libros.
Durante el año escolar, los niños de los distintos programas preescolares de las regiones y de las clases de preescolar reciben semanalmente bolsas de libros bilingües para llevar a casa. Se invita a los padres a leer los libros a sus hijos, devolverlos la siguiente semana, y a cambio reciben una nueva bolsa de libros.
Los campamentos de verano gratuitos iniciaron en 2021, durante la pandemia de COVID-19. “Inició como una oportunidad para llevar nuestro programa a padres, cuidadores y niños durante el distanciamiento social, porque era al aire libre y era una forma segura de reunirse”, dijo la Directora ejecutiva de Raising a Reader, Suzanne Wheeler-Del Piccolo.
Ha continuado como un medio para proporcionar un aprendizaje continuo entre los años escolares, y ha crecido exponencialmente. Los campamentos de verano de 2022 contaban con un promedio de 30-40 niños más los padres en dos ubicaciones en Glenwood Springs y Rifle. Este verano, gracias a Circle Grant, una donación estatal que permitió ampliar el programa a El Jebel y Parachute, el programa ha crecido a unos 100 niños más 75 padres/cuidadores, añadió Wheeler-Del Piccolo.
“Lo que me parece realmente importante de estos campamentos es que padres e hijos participan juntos en actividades de aprendizaje y alfabetización”, dijo. “Es algo que pueden aprovechar y continuar en el entorno familiar, y que ayuda a garantizar a largo plazo el éxito del niño una vez que entra a la escuela”.
Gracias a FocusedKids, un programa de empoderamiento para el cerebro, los campamentos ofrecen una lección semanal en la que padres e hijos participan juntos. Wheeler-Del Piccolo afirma que también es importante que los campamentos se lleven a cabo al aire libre, porque así se consigue un entorno más sano y activo.
Russo recalca a los padres que el 90% del desarrollo cerebral de un niño se da antes de los 5 años. Cada momento cuenta, dijo.
“Es muy importante que sigan leyendo a sus hijos en verano, lo que puede llegar a ser difícil porque la gente está de vacaciones y a veces se olvidan de leer un libro”, dijo Russo.
Durante el curso escolar, los alumnos reciben una bolsa roja especial para llevar y traer libros a la biblioteca local, y durante el verano se fomentan las visitas regulares a la biblioteca.
“Esperamos que nuestras familias salgan de los campamentos de verano con una mayor comprensión de la importancia de alfabetizar en la infancia y con habilidades para utilizar en el entorno familiar, pero sobre todo que los niños hayan pasado un rato divertido e inolvidable inmersos en cuentos, actividades y aprendizaje con sus padres o cuidadores”, concluyó Wheeler Del-Piccolo.
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