Foto por Paula Mayer.

Traducción por Dolores Duarte

El Middle Colorado Watershed Council (MCWC) es una organización sin fines de lucro enfocada en la protección del Colorado River entre la desembocadura del cañón de Glenwood, en el límite del condado de Garfield-Eagle, y De Beque. Este tramo de río de 75 millas pasa por Glenwood Springs, New Castle, Silt, Rifle y Parachute.

Recientemente, la MCWC recibió un subsidio del Colorado River District para ayudar a financiar las pruebas de calidad del agua relacionadas con los impactos de la cicatriz del incendio de Grizzly Creek. Este subsidio de 50,000 dólares se complementa con recursos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS). El USGS proporcionará datos en tiempo real a los usuarios del agua río abajo sobre la calidad del agua que fluye por el Colorado River.

“Nos preocupaba el aspecto del uso consuntivo,” dijo la directora ejecutiva de la MCWC, Paula Stepp. “El uso consuntivo en relación con los municipios del corredor fluvial. ¿Qué significarían los cambios [tras el incendio] para la toma de agua pública y la comunidad agrícola?” Además, Stepp citó la preocupación por el manejo del hábitat como motivación para el control detallado del agua.

Este subsidio garantizó la instalación o la mejora de cuatro lugares de pruebas continuas de calidad del agua del Sistema de Observación del Agua de Próxima Generación del USGS, esto entre el extremo oriente del cañón de Glenwood y el extremo poniente del cañón de De Beque. El subsidio también cubre el muestreo específico en cuatro lugares entre Grizzly Creek y South Canyon. El tiempo fue crítico para que las organizaciones obtuvieran datos de referencia sobre la calidad del agua antes de que las lluvias de primavera y los monzones comenzaran a transportar material fuera de la cicatriz y hacia los arroyos.

Los sistemas de observación continua comprueban la calidad del agua a su paso por el arroyo. Según el hidrólogo supervisor del USGS, Cory A. Williams, “las concentraciones de sedimentos en suspensión, nutrientes, carbono orgánico disuelto y otros componentes naturales procedentes de un paisaje quemado pueden aumentar en las masas de agua río abajo después de los incendios forestales.” El equipo de monitorización mide la temperatura del agua, la conductancia específica, el oxígeno disuelto, el pH y la turbidez, y lo envía al sitio web del Sistema Nacional de Información del Agua (NWIS) del USGS.

“Las personas viviendo río abajo podrán entrar en el sitio del USGS y recibir avisos de los cambios en el agua para saber si tienen que hacer algo para proteger sus tomas,” explicó Stepp. “Tenemos que hacer este muestreo del agua para que la gente río abajo sea consciente de los cambios y pueda tomar precauciones para mitigar el impacto de lo que esos cambios significarían para ellos.” Por ejemplo, “Si se puede cerrar la toma de agua pública, tal vez eso ahorre dinero, en lugar de que las cosas se introduzcan en el sistema… Si se trata de un cambio químico o de un problema de sedimentos que está entrando en el agua, las cosas que hay que hacer después de suceder, van a ser más caras que el simple cierre durante un corto periodo de tiempo”.

Según Stepp, la mayoría de los pueblos de esta sección del río dependen del agua directamente del Colorado River, aunque algunos tienen múltiples fuentes. El MCWC está dispuesto a proporcionar información a los directores regionales del agua, para asegurarse de que tienen acceso a estos nuevos datos con la esperanza de que protejan la infraestructura hidrológica regional. Cualquiera puede visitar el sitio del USGS y configurar una alerta de agua del NWIS, que enviará mensajes automáticos de correo electrónico o de texto cuando las mediciones de la calidad del agua superen un umbral de criterios seleccionados en una ubicación específica.

Además, el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (LBL) estableció esta primavera un lugar de prueba específico en Grizzly Creek. Según el científico geológico Kenneth Hurst Williams, director del programa de Recuperación Ambiental y Recursos Hidrológicos del LBL, se espera que este lugar de pruebas sirva para dos propósitos. El equipo de Williams estudia cómo las cuencas hidrográficas de las montañas se ven afectadas por las perturbaciones, y la cicatriz del incendio de Grizzly Creek les proporciona una ubicación cercana a su sitio de campo principal, la cuenca del East River cerca de Crested Butte, para estudiar los impactos de los incendios forestales en la calidad del agua y el ciclo de los nutrientes. Además, Williams espera comparar cómo afectan los incendios forestales a las cuencas hidrográficas de diferentes tipos de bosques. El reciente incendio de Grizzly Creek, el de Williams Fork y el de East Troublesome ofrecen la oportunidad de recolectar datos sobre la calidad del agua de cuencas quemadas con diferentes tipos de bosque.

Williams explicó: “Lo interesante de estos tres incendios es que tienen mezclas muy diferentes de composición forestal. El incendio de Williams Fork ardió mayoritariamente en bosques de coníferas. El de East Troublesome era una mezcla de álamo y coníferas, y el de Grizzly Creek, al menos en las cotas más altas, está dominado mayoritariamente por bosques de álamo y, en las cotas más bajas, por pinos y enebros. Así que estamos realmente interesados en hacer una comparación entre sitios, o entre incendios, para ver si la composición del bosque ayuda a controlar la cantidad, la forma y el tipo de nutrientes – carbono, nitrógeno y metales – que escurren, después del incendio”.

Hasta el 5 de mayo, el USGS no había visto aún datos inusuales de los escurrimientos de primavera debido a la cicatriz de la quema. Williams de nuevo: “Hasta ahora, las recientes precipitaciones han disminuido las temperaturas del agua y los niveles de conductancia específica, y han aumentado los niveles de turbidez, con cambios menores en el oxígeno disuelto y el pH. Estos cambios siguen los rangos y patrones típicos que podríamos esperar en esta época del año y no parecen mostrar una fuerte influencia del incendio forestal.”