Al no artista - Vanessa Porras

Hay tanto que consumir en el internet que nos podemos pasar horas, que se convierten en días, navegando y nunca encontrar la orilla. Consumimos tanto pero saboreamos muy poco. No es nada nuevo analizar la sociedad y concluir que estamos todos sobreestimulados. Más que eso, parece ser que todos somos una réplica el uno del otro. El algoritmo que está diseñado para servir a tus gustos personales realmente solamente te está alimentando lo mismo de lo que le está alimentando a todos los demás. 

¿Te ha pasado que cuando quieres compartir un video, una canción, incluso un libro, miles de otras personas ya saben de él? ¿Te ha pasado que tu pensamiento disque original o tus gustos no son tan originales? Me pasa mucho esta sensación de estar viviendo una realidad como aquella de Truman Burbank en la película, The Truman Show. La trama de la película se centra en la vida de un hombre que está viviendo una existencia que ha sido planeada por una tripulación de reality TV, y donde su libre albedrío realmente no existe, es solo una ilusión. 

Recalcando mi postura, hace unos días, leí algo en el internet y a pesar de investigar y navegar las aguas oscuras de este mar de ideas, no lo he logrado encontrar. Y sinceramente no presté la atención suficiente como para recordar quién lo dijo o averiguar si lo que decía realmente era cierto. Como reportera, el no poder encontrar tus fuentes es un problema, pero me gusto la idea, lo cual no me pertenece. 

En resumen, este recorte era un fragmento de una conversación entre un joven y un viejo. El viejo le preguntaba al muchacho que hacía, cuáles eran sus pasatiempos. Éste le responde dándole una lista de actividades y hobbies, el viejo lo felicita, y el joven pronto lo corrige y le hace saber que aunque él hiciera todas estas actividades no era más que un mediocre y no sobresalía en ninguna de ellas. El viejo le dice que eso no importa, el hecho de intentar una variedad de cosas por el simple placer de hacerlas lo hacía en una persona más interesante, porque tenía muchas experiencias de donde basarse. 

El internet y su contenido nos da la ilusión de que estamos eligiendo aquello que consumimos. Nos creemos interesantes porque aparentamos saber sobre muchas cosas. Pero la realidad es que sabemos lo que medio mundo ya sabe, los mismos fragmentos de información y muchos de nosotros no nos permitimos consumir como artistas. Es decir, no le dedicamos el tiempo a nuestra curiosidad u observación ni mucho menos a nuestro aburrimiento. Entre todo el tsunami de información a nuestro alcance, también se esconde la presión siniestra de tener que ser excelente. Como si estuviéramos compitiendo con todo el mundo. 

Esta presión y la sobreestimulación deja poco espacio para la exploración, y como consecuencia hay una sobreproducción de lo mismo. Gente que no es interesante, ni original, ni mucho menos curiosa. Por ende, la creatividad está sufriendo mientras nosotros nos ahogamos en la normalidad. 

La creatividad es un subproducto de todo aquello que consumimos, una cosa informa a la otra, es como tomar dos ideas que aparentemente no pertenecen juntas y unirlas para ver que pasa. Toma como ejemplo el álbum de la cantante española Rosalía, El mal querer. Fue inspirado por una novela del siglo XIII llamada, Flamenca, ¿Quien hoy en día está leyendo libros medievales? Sin embargo, inspiró posiblemente el álbum que la lanzó hacia la fama. Jaime Altozano (buscalo) hizo un video en Youtube analizando las notas musicales que usó, como la combinación del flamenco y el trap. 

Mi propuesta es, date un clavado por la madriguera del conejo, y consume cosas raras. Si te gusta el cine, ve películas independientes, deja las superproducciones y ve algo que se produjo con un bajo presupuesto. Analiza por un momento qué fue de el filme que te gustó, ¿porque lo incluyó el director? ¿Cuál fue su influencia? O por igual, si no te gusto, ¿por qué? Ser una persona interesante y creativa no requiere más que ser la luz del faro que guía tu propia vida. Tu decides que consumes, y si te atreverás a intentar cosas nuevas aunque solo seas mediocre.