Traducido por Rocio Contreras

Mientras las protestas de “Black Lives Matter” recorren la nación, los activistas locales de color estan desafiando a nuestra propia counidad a reflexionar sobre la discriminación y la violencia policial que tambien pasa en nuestro patio. 

Para la arquitectura y graduanda de Basalt high School, Beatriz Soto, que dividió su tiempo creciendo entre México y nosotros, hay “dos versiones del valle de Roaring Fork. Está la “versión de los privilegiados,” un “pueblo turístico donde puedes andar en bicileta todo el dia… lejos de (el racismo y brutalidad policial) que pasa en todo el resto del país.” Y despues esta la version “que la otra demográfica de nuestra comunidad” experiencia— un grupo de personas que “son acosadas, temidas, que están en la pobreza, que tienen una relación completamente diferente con nuestros sistemas.” incluyendo la policía local. 

Alex Sánchez, cofundador del liderazgo,la defensa y el compromiso cívico sin ánimo de lucro Voces Unidas, se siente similar. “Ha Habido gente que nos llaman ‘ilegales’ a la cara,” dice. “He conocido dos estudiantes de la High school que fueron golpeados por racistas en Chilli’s en Glenwood.” “Me han detenido tres vehículos de los policías de Carbondale al mismo tiempo por tener una matricula de mi nuevo carro… Vivimos en un valle donde el 30 por ciento de la comunidad se ha mantenido sin acceso a oportunidades, en empleos con salarios bajos, sin representación y sin voz en las mesas donde se toman las decisiones.” Todos estos ejemplos, nota Sanchez, pasaron en los últimos 12 meses. 

Soto, activista y madre de un niño de 9 años, dice que esta realidad “me asusta mucho. Niños Latinos son racialmente perfilados y tratados diferentes… (mi hijo) un dia se volvera un adulto. Y yo se que el no va tener la misma gracia que la policía y el sistema de justicia le da a un hombre blanco.” Sánchez coincide. Él recuerda una vez cuando él tenía 15 años, él estaba tratando de ayudar a interpretar entre su primo y un policía de carbondale, cuando el policía lo “tiró al piso y me llamo ‘Señor Actitud.’”

El futuro Jefe de Policía de Carbondale y actual teniente Kirk Wilson le dijo al Sopris Sun que reconoce la existencia de un sesgo implícito —actitudes inconscientes o estereotipos que afectan a las percepciones y acciones de la gente—, pero espera y cree que él y otros del Departamento de Policía de Carbondale no permiten “conscientemente” que estos sesgos influyan en las decisiones que toman.

A pesar de su preocupación por la elaboración de perfiles raciales, Soto sigue esperando que la policía local pueda llegar a desempeñar un papel de “construcción comunitaria” en el valle, pero una cuestión importante que lo inhibe en su opinión es la falta de claridad en torno a la relación entre la policía e inmigracion (ICE). Ella dice que han habido casos locales “donde la víctima de violencia doméstica llama a la policia y esa mujer es deportada.”  Como resultado, personas indocumentadas en situaciones peligrosas “toman el dolor y abuso” en vez de llamar a la policía. Teniente Wilson reconoce que como un departamento de policía, “no hemos tenido la mejor historia con nuestra comunidad latina; hemos cometido unos errores.” Aun así, dice que el departamento está trabajando duro para remediar esto. 

La policía de Carbondale actualmente tiene prohibido compartir cualquier información sobre los residentes con ICE, excepto en los casos en que ICE le haya presentado al departamento una orden penal, firmada por un juez, para la persona en cuestión.

“No estoy interesado en el estado de alguien (inmigración)”, afirma. “Si eres víctima de un delito, si han aprovechado de ti, o si puedo darte consejos … entonces para eso estamos aquí”.

La cárcel del condado Garfield también prohíbe colaboración con ICE excepto en casos donde hay una orden penal, pero el departamento de sheriff del condado de Garfield no tiene una política pública con respecto a la comunicación con ICE.

Soto dice que aunque clarificando esta información para el público y creando una relación confiable entre los policías y la comunidad latina son importantes, también en vital que veamos a nuestra sociedad críticamente y no solamente “a través del lente de la policía. Rompiendo las desigualdades racistas en una comunidad, dice, también requiere un proceso de cuestionamiento de las fuentes del crimen local: “está relacionado con nuestro sistema escolar, con nuestro sistema social, con nuestro sistema cultural. Si en realidad vemos todo en una escala más amplia, empezamos a realizar los efectos de una enfermedad, que es el racismo en nuestras instituciones, y necesitaríamos menos vigilancia. 

“Cada sistema que existe en nuestras comunidades fue creado por la comunidad dominante en poder,” dice Sánchez. “Y continúa sirviendo para los que fue creado, dejando a las personas de color atras.”

Al mismo tiempo, Soto cree que el cambio no está fuera del alcance: “pienso que si somos honestos con nosotros mismos,” dice de la comunidad del valle de Roaring Fork ,”Y vemos las cosas valientemente y con humildad, vamos a empezar a escuchar. Y vamos a empezar a cambiar las cosas.”

Para Soto, este tipo de transformación no solamente es posible, es necesaria. “Si no estamos hablando de esto… si no empezamos a trabajar en esto hoy, la proxima ves algo como la pandemia pasa, no vamos a estar listos. No vamos a poder comunicarnos apropiadamente. No vamos a confiar el uno al otro. No vamos a confiar en nuestro departamento policiaco, y eso nos lastima a todos.”