"Contratando" dice este cartel puesto al frente de Mi Casita en Carbondale. Es un restaurante entre muchos buscando cocineres y meseres. Foto por Raleigh Burleigh.

Traducción por Dolores Duarte

No es ningún secreto que hay una falta de mano de obra. Es una tendencia nacional y el Valle Roaring Fork no es la excepción. Caminando por Main Street en Carbondale, es difícil no notar los carteles de “se busca ayuda” pegados en las ventanas de los restaurantes más populares.

Algunos negocios, como el recién inaugurado restaurante Ming’s, junto al City Market, han reducido su horario para poder cuidar del personal que tienen. En la entrada hay un cartel que informa a los clientes de que el restaurante estará cerrado los martes, “debido a la escasez de personal”.

Jared Ettelson, de The Village Smithy, ha tenido dificultades para cubrir dos puestos de cocinero. “Ha sido difícil cubrir los puestos de cocinero porque el negocio está en auge en todas partes, en todos los sectores”, explica, “así que ellos [quienes buscan empleo] pueden elegir dónde quieren trabajar”. Y continúa: “Al final, estamos tan ocupados que se está creando una nueva norma en niveles de personal que no habíamos visto antes”.

Tony Gagliardi es el director de la Federación Nacional de Empresas Independientes del estado de Colorado (NFIB). La NFIB cuenta con unos 300,000 negocios asociados en todo el país.

La NFIB realiza encuestas al azar cada mes. Recientemente, un estudio mostró que “el 46 por ciento de nuestros propietarios informan de vacantes que no pueden cubrir”. Gagliardi explica que “el 39 por ciento ha informado de que ha aumentado la compensación y otro 26 por ciento planea aumentar la compensación en los próximos tres meses para conseguir que los empleados regresen a trabajar”.

Según Gagliardi, Colorado agotó su fondo fiduciario para el desempleo durante la primavera y cree que los propietarios de negocios van a “estar sorprendidos cuando vean todo lo que se ha incrementado la tasa de desempleo”.

“La protección de la nómina fue un beneficio extremo”, dice Gagliardi, “pero estamos en un momento en que necesitamos empleados”.

Cámara de Carbondale

Andrea Stewart, de la Cámara de Carbondale, comparte las preocupaciones de Gagliardi. Dice que, a nivel local, hay más vacantes que personas que buscan empleo.

Añade que la afluencia de turismo ha hecho que los negocios se vean abrumados y que sea necesario contratar más personal del que tenían incluso antes de la pandemia. Otros han optado por reducir las horas de funcionamiento. Aunque el negocio va bien, el agotamiento es alto.

Stewart señala que la mayoría de los carteles que se ven en Main Street son de servicios de alimentos, “pero hay muchos puestos de trabajo”, dice. “Para los miembros de la Cámara de Carbondale, ofrecemos un lista gratuita de ofertas de empleo”, añade. Se puede ir a carbondale.com y hay un enlace en la parte inferior de la página. Los solicitantes de empleo suelen utilizar la herramienta de la lista de anuncios en línea para buscar trabajo.

Escasez de camiones y de combustible

Greg Fulton, presidente de la Asociación de Transportistas de Colorado (CMCA), dice que ha habido escasez de conductores y mecánicos desde antes de la pandemia, “pero la pandemia tendió a exacerbar el problema”.

Explica que la edad media de un conductor de camión es de 55 años, y “cuando llegó la pandemia vimos cómo se retiraban varios de los conductores de más edad porque estaban en un grupo de riesgo”. El virus complicó aún más el entrenamiento de conductores, ya que el instructor y el alumno tienen que pasar mucho tiempo conduciendo juntos. “Lo hizo mucho más difícil”, dice Fulton.

Los conductores sólo pueden conducir 11 horas al día y la mayoría de los camiones están equipados con dispositivos de seguimiento de su número de horas de movilidad. “Puedes enfrentarte a sanciones bastante significativas si superas tus horas”, explica Fulton.

Además, los cierres frecuentes de carreteras han obligado a los conductores a tomar rutas alternativas.

“[Un] problema que empezamos a tener en la ladera oeste está relacionado con la distribución de alimentos”, explica, “porque si observamos City Market/King Soopers, toda esa distribución viene de Denver”.

La mayor parte del combustible que llega a la ladera oeste procede del Front Range, explica Fulton. Los conductores de camiones de combustible tienen que tomar el paso de Loveland en lugar de conducir por la I-70 porque no se permite el paso de materiales peligrosos por el túnel Eisenhower.   

Fulton argumenta que la gente está consiguiendo más combustible del que normalmente obtendría. “Cuando tienes una bolsa en un surtidor o ves las noticias, se crea una sensación de escasez”, explica, “y es como el papel higiénico [al principio de la pandemia]: todo el mundo sale, toman todos los vehículos que tiene y los llenan”.

Afirma que los viajes de los turistas han aumentado significativamente este verano, especialmente durante el fin de semana del 4 de julio, lo que aumenta la demanda.

Estas cuestiones contribuyen al alza que se ha producido en el precio de la gasolina. “Si al transportista le cuesta más tiempo llegar a los sitios, el tiempo es dinero, así que estamos incurriendo en costos adicionales y esos costos tienen que ser absorbidos en alguna parte”, explica.

Sin embargo, añade Fulton, el suministro de combustible a nivel nacional es una parte importante del problema: “Todo se redujo en cierto modo debido a la pandemia y entonces se produce esta extraordinaria cantidad de demanda muy rápidamente”.

Fulton espera que haya más personas que apliquen como camioneros y bromea: “Siempre decimos que hay que voltear a ver al país y ganarse el sustento de veinte en veinte toneladas”.