Carlos Cornejo - El rincón del Sargento

En la década pasada, la relación entre los departamentos de policía y nuestras comunidades se ha deteriorado de una forma muy palpable. Como tal, nos deja con la interrogante ¿Qué nos trajo hasta aquí? Y ¿Cómo podemos reparar la relación?
En mi opinión, el problema no comenzó en la década pasada. Si no que poco a poco se fue construyendo una barrera que nos alejaba cada vez más. Y para ser honesto, todos tenemos un poco de responsabilidad. Hoy me voy a enfocar en la responsabilidad que nos toca como agencias de ley, sin deslindar a otros de responsabilidades.
Lo primero que necesitamos para enmendar la relación es confianza. ¿Pero cómo creamos confianza? Erróneamente, muchas agencias de ley creen que al tener un evento comunitario al año o uno que otro comunicado de prensa crea confianza; a veces solo pierden el tiempo. La confianza es algo que se construye día a día.
Para confiar en alguien ¿qué es lo primero que necesitamos? ¡Lo primero que necesitamos es conocerlo! No podemos confiar en lo desconocido. Por mucho tiempo nos hemos resguardado tras las paredes de nuestros departamentos de Policía. El público en general solo se puede imaginar lo que pasa tras esas paredes. Esperamos que sea bueno, pero la imaginación es hábil.
Como agencias de ley, necesitamos planes concretos para que nuestros pueblos sepan quienes somos. Debemos quitar el velo del misterio y dejar entrar la luz para que todos sepan quienes somos y sin duda saber lo que hacemos. Debemos comunicar nuestros propósitos y misiones y hacerlo de una forma constante y efectiva. No solo hablar cuando pasa una tragedia o cuando estamos buscando un fugitivo. Debemos hacerlo a diario. Al final de cuentas buscamos transparencia y comunicación efectiva.
Segundo, debemos recordar que somos SERVIDORES públicos. Estamos para servir al prójimo y el prójimo es nuestra comunidad entera. Debemos hacer cumplir la ley de una forma equitativa y justa. Los legisladores deben pensar bien antes de aprobar leyes, pero nosotros como agencias de ley, debemos pensar en la mejor forma de hacer cumplir las leyes respetando a todos y sin agendas políticas.
Por ejemplo, sé de una agencia de ley, no muy lejana, que tiene la póliza de arrestar a cualquier persona que conduce un auto sin licencia de conducir. Ahora, esto empezó antes de que en Colorado pudieran obtener licencias de conducir personas indocumentadas. En sí, esta póliza afectaba desproporcionadamente a hispanos indocumentados que vivían en ese condado. No porqué no quisieran ir a tramitar una licencia, si no porque aunque quisieran no podían hacerlo.
Entiendo que a veces por necesidad tenían que conducir y al ser detenidos iban a la cárcel, donde les ponían una detención migratoria y terminaban deportados. En el caso de las licencias, la ley no exige arresto, pero como cualquier otro crimen, lo permite.
Entonces, tenemos una política local que rápidamente crea desconfía con un grupo de personas en la población, las cuales solo ven a un policía como alguien a quien temerle. La mayoría de estas personas no son criminales sino personas de bien. Entiendo que al manejar sin licencia, la persona está cometiendo una infracción. Pero al tener discreción, dicha agencia puede dar una citación a corte y dejar que un juez decida la penalidad.
Cosas como estas parecen pequeñas, pero a la larga crean barreras con nuestra población. Hay infinidad de ejemplos en diferentes localidades. —Y luego nos preguntamos ¿por qué tienen miedo a reportar crímenes o ser testigos?— Muchas veces ni nos damos cuenta de cómo nuestros actos suman a la desconfianza.
Para ser breve creo que nos falta mucho trabajo en transparencia, confianza, y buena comunicación. Esto comienza con buen liderazgo en cada agencia del orden. Liderazgo que haga cumplir la misión. La misión debe ser llevada a cabo por cada oficial en la calle.
Pueden salir palabras muy bonitas de los líderes, pero hasta que los oficiales en la calle las acaten, no tendrán efecto. Sabremos qué hemos hecho la diferencia cuando la TODA la comunidad nos llame “Nuestro Departamento de policía” y no “El Departamento de policía”. Cuando se sientan protegidos y sepan claramente la misión, visión, y expectativas de SU departamento de policía.
Empecé con esta carta y me doy cuenta que necesito un libro entero para poder llegar a tantos temas que nos hacen falta. Pero era importante comenzar la discusión. Espero poder continuarla.