Estudiantes de kindergarten usando cubrebocas en enero de 2021. Estudiantes del RFSD continuarán usándolos durante el próximo semestre de otoño. Foto de Raleigh Burleigh.

Traducción por Dolores Duarte

La junta del Distrito Escolar de Roaring Fork (RFSD) convocó a una reunión especial el martes 3 de agosto para discutir los protocolos de salud y seguridad recomendados para el COVID, pertinentes al inicio del año escolar 2021/2022.

La presidenta de la junta, Natalie Torres, inició la reunión reconociendo que, aunque todas las partes no estén de acuerdo en todo, el plan se hizo siguiendo los consejos médicos y científicos de miembros locales.

Antes de exponer los protocolos propuestos, el superintendente Rob Stein describió el proceso por el cual este tipo de decisiones son tomadas.

Se inicia con una recomendación o, como era habitual al principio de la pandemia, una directiva procedente de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades y otras autoridades nacionales como el Colegio Americano de Pediatría y la Asociación Médica Americana.

A continuación, esa información es asimilada por las instituciones estatales: el Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de Colorado, el Departamento de Educación de Colorado, la oficina del gobernador y, en lo que respecta a los deportes escolares, la Colorado High School Activities Association.

A continuación, el “grupo de los jueves por la mañana” del RFSD, que se convirtió en una reunión periódica en respuesta a la pandemia, reúne a educadores con la gente de salud del condado, los representantes de los hospitales locales, personal de pediatría y de medicina familiar, además de las escuelas charter y privadas para interpretar la información más reciente y emitir directrices.

“Todo el mundo está harto de la pandemia”, declaró Stein. “A nadie nos gusta llevar cubrebocas”. No obstante, “quiero validar que todos nos preocupamos por nuestros hijos. Aunque no estemos de acuerdo, todos queremos lo mejor”.

Dicho esto, Stein aclaró que los lineamientos se basan en dos simples prioridades: 1. la salud y la seguridad de los estudiantes y 2. dar prioridad al aprendizaje en persona. El año pasado, según Stein, esas dos estaban en conflicto. Este año, la diferencia se está reconciliando.

De acuerdo con las nuevas directrices estatales, si alguien en una escuela da positivo en pruebas de COVID, los demás que hayan estado en contacto con él no tendrán que entrar en cuarentena si ambas partes llevaban cubrebocas, si están vacunados, si el 70 por ciento de las personas de la comunidad circundante están vacunadas o si la tasa de incidencia local es inferior a 35 casos por cada 100,000 personas en esa semana. Estas dos últimas condiciones también serán clave para levantar el mandato de cubrebocas en las escuelas.

Los cubrebocas no serán necesarios en el exterior, lo que significa que todos los deportes de otoño, excepto el voleibol (un deporte de interior), podrán practicarse y jugarse sin cubrebocas.

Otras excepciones a la norma de los cubrebocas son las circunstancias especiales (como las clases de fonética) en zonas designadas.

Médicos expertos locales, como el Dr. David Brooks, director Médico del Hospital Valley View, y el Dr. Matt Percy, médico del Mountain Family Health, se unieron al llamado para decir que estamos en mejor situación que el año pasado. “A pesar de todas las controversias, todas las discusiones y todas las opiniones diferentes, sinceramente creo que estamos más unidos que divididos”, dijo el Dr. Brooks. “Creo que tenemos que centrarnos en un objetivo común y ese objetivo en común es mantener a los niños en la escuela”.

Ambos doctores afirmaron que lo más importante que la comunidad en general puede hacer para quitar el cubrebocas en las escuelas, es vacunarse.

Abriendo la discusión a los comentarios del público, la junta escuchó a varios profesionales médicos con hijos que asisten a las escuelas del distrito, reiterando su apoyo al plan y a mantener a los niños en la escuela.

Algunos participantes expresaron su preocupación por la exigencia de cubrebocas y el fomento de la vacuna, la cual es un tratamiento aprobado para uso autorizado de emergencia pero que aún no cuenta con la aprobación final de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos. Entre estos participantes se encontraba un grupo de alrededor de una docena de personas que habían llevado pancartas para hacer una manifestación afuera de la escuela secundaria Bridges en Carbondale antes de unirse a la reunión virtual.

La pariente Carrie Godes compartió su optimismo por el hecho de que el 63.3 por ciento de las personas del condado de Garfield estén ya vacunadas con al menos una dosis. “Si mi hijo sufriera un terrible accidente o tuviera cáncer, estas son las personas a las que confiaría su vida”, dijo, refiriéndose a los expertos de salud locales. “Simplemente no puedo imaginarme no hacer caso a sus consejos en este momento”.

Maureen Stepp, miembro de la junta, coincidió: “Como junta, recibimos muchas críticas de que no nos preocupamos, de que no hacemos el trabajo…”. Continuó: “Como dice Rob [Stein] todo el tiempo, no somos expertos en salud pública y tenemos que confiar en la información que se presenta. Yo tengo que confiar en los médicos que están al frente”.

A pesar de las diferencias de opinión, prevaleció un tono de respeto y aprecio durante toda la reunión. Aunque no se tomó ninguna medida sobre el plan recomendado, en general se recibió como un compromiso necesario. La junta también aseguró que revisará las circunstancias cada semana, con la esperanza de que, si las cosas cambian tras el reciente incremento de contagios, los requisitos del cubrebocas podrían reevaluarse en unas semanas.

El nuevo ciclo escolar inicia el 16 de agosto.