Max Gibbons es un bombero con el Distrito de Protección contra Incendios Rural y de Carbondale. Foto por James Steindler.

Traducción por Dolores Duarte

Los incendios se desatan uno tras otro, y los habitantes de Colorado lo saben por el humo en el aire antes de escuchar las noticias. La sequía actual lo ha convertido en el décimo año más seco de los últimos 127, según el Sistema Nacional Integrado de Información sobre la Sequía (drought.org). Ya están apareciendo incendios forestales en todo el oeste de Estados Unidos y están en vigor restricciones de fase uno para los incendios en nuestra zona.

“Este año estamos en alerta máxima”, afirma el jefe de operaciones Mike Wagner, del Distrito de Protección contra Incendios Rural y de Carbondale (CRFPD). Añade que el equipo no está nervioso, pero sí preparado.

El CRFPD utiliza el mismo horario de turnos que otros departamentos de bomberos regionales para estar sincronizados entre sí. Los bomberos están en el lugar las 24 horas del día, esperando para combatir las llamas. Un turno dura 48 horas y la rotación nunca se detiene durante la temporada de incendios.

“El CRFPD [cubre] aproximadamente entre 300 y 320 millas cuadradas: Desde Missouri Heights hasta McClure Pass y hacia Marble, hasta básicamente el desvío de CMC y Blue Lake”, dice Wagner. Sin embargo, si se les necesita en algún lugar, acudirán al llamado.

“Tenemos que confiar los unos a los otros”, dice, “no hay otra manera de hacer esto”. Puso como ejemplo el incendio de Grizzly Creek: “Estuvimos allí en las primeras horas, más o menos, prestando ayuda mutua y participando en las fases iniciales; lo mismo ocurrió con el incendio de Lake Christine”.

Esas respuestas formaban parte de un acuerdo de ayuda mutua local entre departamentos vecinos, “y también tenemos lo que se llama ayuda mutua de zona de montaña”, dice Wagner, que abarca una región geográfica más amplia.

Esto no para ahí, explica, “hay todo un sistema establecido con los gobiernos estatal y federal de un proceso de solicitud de recursos”. Actualmente, a través de este sistema de red, dos empleados del CRFPD están ayudando en los incendios del suroeste de Colorado.

Mantener al mínimo los incendios pequeños

Toca madera (mientras haya ahí) porque en los últimos años el CRFPD no ha visto incendios dentro de su jurisdicción de la magnitud que han soportado los vecinos. “Hemos tenido muchos incendios que hemos mantenido reducidos”, dice Wagner.

“Ahora mismo, mientras hablamos, tenemos dos camiones de bomberos: uno en el extremo norte [del distrito] y otro en el extremo sur”. Continúa explicando, “Su principal trabajo es, si tenemos un inicio de fuego, ser el ataque inicial y mantener al mínimo ese pequeño incendio”.

El equipo rastrea descargas eléctricas e informa de la latitud y longitud respectivas para comprobar si hay árboles ardiendo, donde brasas voladoras podrían encender un incendio forestal.