Por Will Grandbois
Sopris Sun 


Si usted cree que el Departamento de Tránsito es la peor forma de burocracia, preguntale a Jesus Ortiz sobre su travesía de 17 años para recibir ciudadanía.

-Ha sido difícil, -te diría -. No es solo mandar una aplicación. Es un proceso muy largo.

Ortiz, 46, ha formado parte del equipo para Obras Publicas en Carbondale desde 2012 y logró ser oficialmente ciudadano de los Estados Unidos en abril, un logro que el atribuya a su patrocinador, gerente anterior de Pour House Skip Bell.

-Él me ayudó mucho, -decía Ortiz -. Doy gracias por eso y que estoy ya en un posición en que puedo compartirlo.

Originalmente de un pueblo cercano al D.F.Ortiz decidió moverse a los estados unidos después que cuatro años con el Ejército Mexicano.

-Cuando salí, quise mejorar mi vida. -explicó.

En 1994, se fue a vivir con su tio en California y allí vivió tres años. También tenía familia en el Valle del Roaring Fork, pero cuando decidió venir por aca, resultó que ellos quisieron que el vendría drogas. Él prefirió seguir por su propio camino.

-Así llegué a dormir en mi minivan, -Ortiz acordó.

Al fin encontró un apartamento sin muebles encima de Construction Junction, una tienda ya caduca de muebles y materiales de construccion en Buggy Circle. En ese tiempo, empezó a trabajar como lavaplatos para el Pour House, luego como cocinero y eventualmente como gerente asistente. Entonces conoció a su esposa, Janelle, con quien tiene dos hijos.

También enfrentó a la barrera idiomática y decidió superarla.

-Es difícil moverse a otro país para mejorar la vida. Es muy importante comunicar, sobre todo, -decía-. Algunos Estadounidenses se burlan de uno por como dice una palabra, para tambien te corrigen. Eso me fomentó a volver a la escuela para estudiar el idioma.

Ortiz no solo tomaba clases, dejó de mirar la televisión y escuchar al radio en español. Mientras tanto, pidió a Bell que le patronicaría para recibir una visa de trabajo formal, un proceso que empieza con la dilema paradoxica de ya tener que haber conseguido trabajo seguro. Ese proceso le demoró seis años, en tal punto adquirió la tarjeta verde. De algunas maneras, los estados intermedios eran más difíciles que estar sin documentación.

-Si cometes un solo error te lo mandan de vuelta y tienes que empezar de nuevo -Ortíz explicó-. Cuando estas en el proceso y viene alguna problema, ya se fue.

También hay gastos notables y la tarjeta verde de 10 años que tenía Ortiz estaba ya vencida antes que hubo el dinero para hacer la aplicacion para ciudadania permanente. Aunque todavía tiene familia en México, es su familia que le motiva.

-Mis hijos son de aca. Yo quiero estar con ellos por todo lo que queda de mi vida. -dijo-. Es difícil vivir con el miedo. Puedan cambiar las leyes en un solo minuto.

El próximo paso era la prueba cívica y una evaluación idiomática, seguido por tres o cuatro meses mas de esperar.

-Hay que tener mucha paciencia, -Ortiz acertó-. Si te rindes, no vas a alcanzar nada.

La última ceremonia se realizó con una docena o mas de inmigrantes por todas partes del mundo.

-Cada uno tenía su historia, -observo Ortiz.

Todos recibieron una sobra con la Declaración de Independencia, la Carta de Derechos y una bandera estadounidense antes que el juramento de ciudadanía.

-Todavía me parece raro abrir la billetera y no ver mi tarjeta verda. Sienta como que estoy nacido otra vez, como 300 libras han sido descargados de mis hombros, -el decía-. Este pais te da muchas oportunidades y hay que tomarlas.-